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En 1752 hay en Manzanedo 4 molinos harineros:
El uno sobre las aguas del río Ebro, con 3 ruedas que muele todo el año, propio del concejo y le tiene arrendado a Felipe Fernández, vecino de Manzanedo, en 43 fanegas de trigo y centeno y le quedara de útil para él, otras 40 fanegas de dicho pan al referido molinero.
Otro sobre las aguas del Arroyo de Santillán de una rueda, el que muele un mes del año, propio del concejo y del de Manzanedillo, el que tienen arrendado a José Fernández vecino de este, en 3 fanegas y media de pan mitad trigo y centeno y creen le quedara de útil 8 reales.
Otro sobre las aguas de dicho Arroyo de Santillán, propio de Francisco Sanchez, en el que muele para el consumo de su casa, y si se arrendara pudiera valer de renta una fanega de dicho pan.
Otro sobre las aguas de dicho Arroyo de una rueda como los 2 de arriba y muele lo propio al año, propio de Maria de la Peña vecina de Manzanedillo, el que tiene arrendado a Felipe Fernández en 2 fanegas de pan, mitad trigo y centeno, y a este le quedara por su industria 8 reales de vellón.

Al igual que en todo el Valle, en Manzanedo también había apicultores. En Manzanedo estaban muy repartidas. Había un total de 10 pies de colmenas. Una de Tomas de la Serna, otra de Tomas Fernández, 2 de Felipe Pérez, 3 de Simón García, una de Domingo Sainz, otra de Francisco Rojo, 3 de Blas Rojo, 3 de José Fernández vecinos de Manzanedo y 3 de Tomas de la Serna, vecino del lugar de Argés. Estas colmenas les reportaban anualmente 2 reales y medio cada una.

A demás de la agricultura, otro pilar en la vida de sus vecinos era la ganadería. El pueblo contaba por aquel entonces con Bueyes de labranza, muletos de recriar, ovejas, carneros y borros, cabras, cabritos y cabrones, cerdos para el consumo de sus casas y cerdas para criar. Hay un caballo y 2 pollinos para el gobierno de sus dueños.

Todos estos animales estaban repartidos entre los 29 vecinos y una viuda que vivían en 1752 en Manzanedo. Hay que entender como vecino únicamente al cabeza de familia por lo que se entiende que había 29 familias con sus hijos. Todos ellos vivían en las 30 casas habitables que había en Manzanedo junto a 2 mas no habitables.

Entre los 29 vecinos, había 12 canteros que eran Manuel Rojo, Gregorio Martínez, Mateo Bueno, José Pérez, Juan González, Juan de la Serna, Antonio Bueno, Francisco y Blas Rojo, José y Juan Fernández y Domingo Fernández y 3 aprendices, el uno Diego Pérez, hijo de José Pérez, otro Andrés, hijo de Mateo Bueno a quienes les calculan que ganarían al año 120 reales y a Santos López criado de dicho Domingo Fernández mayor, 55 reales que le pagaban de soldada.
Contaba también nada mas ni nada menos que con 9 arquitectos que eran: Domingo Sainz, José y Juan de la Peña, Francisco Sanchez, Domingo Fernández menor, Santiago González, Felipe Pérez, Felipe de la Peña y Juan de Sedano, que este y dicho Francisco Sanchez tenían ocupados en dicho oficio un hijo el primero, y el segundo un criado.
También había 2 labradores menores de 60 años que son Simón García y Felipe Fernández. Un hijo de Diego Sainz, otro de Gregorio Martínez, otro de Francisco Rojo.
También había 2 pobres de solemnidad, Domingo y Martin González.

Del ganado se ocupaba el pastor Domingo López al que pagaban como era habitual en especie. 24 fanegas mitad trigo mitad comuña era su soldada anual.

Al igual que otros pueblos del Valle, Manzanedo tenia contra sí un censo o préstamo de 5.000 reales de principal y 2,5% a favor de Francisco Sanchez vecino de Aguilar el que impusieron para comprar el molino que tienen sobre las aguas del río Ebro.

 

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